sábado, 8 de septiembre de 2012



¿ Qué hay detrás de la verdad ?


Ya era hora que el presidente Santos pidiera con contundencia a la bancada de la Unidad Nacional impulsar un proyecto de ley que dé cárcel a los conductores ebrios. No obstante, y no es para extrañarse, los dueños de bares y licoreras, agrupados en ASOBARES, se han mostrado bastante reacios frente a la posición de Santos y piensan que el problema del alcohol se resuelve con educación.

Preocupante, eso sí, las dos posiciones entre las cuales se están debatiendo el bienestar de los transeúntes y la responsabilidad de los conductores. El gobierno considera que más allá del daño que puedan causar los ebrios al volante, es más nocivo para el país la impunidad que dejan dichos casos a la justicia colombiana. Sin embargo, no todo el Congreso piensa que conducir con tragos a la cabeza sea un acto que merezca ser juzgado como delito.

Por todos estos antecedente y sumándole un Congreso sumiso y moldeado a las necesidades de los empresarios, no es de extrañarse pensar que bajo los cinco veces en las cuales se ha caído el proyecto, están los intereses de las industrias licoreras, quienes han actuado con un lobismo manipulador tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
¿Y cuál es la solución a la continua manipulación en el Congreso? Una de dos, o depurar el Capitolio Nacional o una iniciativa popular, porque si el presidente Santos no se para duro en la raya, muy seguramente este proyecto de ley será otra reforma a la justicia.